martes, 13 de septiembre de 2011

El crímen de Lord Arthur Saville

Con motivo a la reimpresión de Filosofía de lo Superficial de Oscar Wilde, aquí entregamos un fragmento oculto de El Crímen de Lord Arthur Saville. Decimos oculto porque este cuento todavía hoy es uno de los preferidos de los niños, y por esa misma razón, resulta tan sorprendente leerlo muchos años después.

"


Al mirarlo uno podría decir que Némesis había robado el escudo de Pallas, mostrándole la cabeza de Góngora. Parecía haberse petrificado y su cara melancólica semejaba haber sido tallada en mármol. Había vivido la delicada y lujosa vida de un joven de buena cuna y rico; una vida exquisita, libre de toda baja inquietud, llena de una hermosa despreocupación infantil. Y era ahora cuando se daba cuenta, por primera vez, del terrible misterio del destino y el horrendo significado del mismo.
¡Qué locura monstruosa le parecía todo aquello! ¿Sería posible que en su mano se hallase escrito, en caracteres que él no podía descifrar, algún pecado secreto, o el signo de algún crimen sangriento? ¿No habría escape posible? ¿No sería posible que fuésemos superiores a las piezas de ajedrez, movidas por un poder oculto? ¿Recipientes que el alfarero moldea a su gusto para que sean alabados o despreciados?
Su razón se revelaba contra esto, y sin embargo, percibía que una tragedia estaba suspendida sobre su existencia, y que inopinadamente había sido destinado a soportar una carga intolerable.
¡Los actores tienen tanta suerte! Pueden elegir entre aparecer en una tragedia o un sainete, entre sufrir o ser felices, reír o derramar lágrimas. Pero en la vida real es muy distinto. La mayoría de los hombres y las mujeres se ven forzados a desempeñar papeles para los cuales no están capacitados. Nuestros Guildenstern desempeñan papeles de Hamlet, o nuestros Hamlet tienen que hacer bufonadas como el príncipe Hal. El mundo es un teatro, pero la obra tiene un reparto deplorable.
"

No hay comentarios:

Publicar un comentario